Tras haber conocido al Papa Francisco me siento más católica. Francisco es un santo. Sólo habla de pobres y de ayudarles. Creo que va a repartir las riquezas vaticanas entre los más necesitados del Planeta Tierra.
Mi doncella Maripuri dice que no hará tal cosa. Mariuri es muy atea, no cree en los curas ni en Dios ni en los santos. Por eso es infeliz. Yo, en cambio, tengo mucha fe en el clero. Algunos curas son pecadores, pero siempre se arrepienten de sus pecados. No se puede decir lo mismo de los políticos. Ahí tenemos a los del PP robando a manos llenas, con buenas cuentas en Suiza mientras la gente no tiene que llevar a la boca.
Volviendo a lo del nuevo Papa me lo pasé pipa en el Vaticano. Me sentí como en mi Palacio. Mi doncella Maripuri también se sintió igual que en la Zarzuela.
-Aquí también hay Corinnas, mi Princesa -me decía.
-¿Crees que el Papa Francisco tiene amante?
-Puede ser que tenga.
Quien no tiene amante es nuestro Presidente Rajoy. Estuvo con nosotros en el Vaticano y nos lo confirmó.
-Sólo pienso en los españoles, Alteza -me confesó-. Los haré felices.
-¿Cómo, mi Presidente? ¿Recortando más las pensiones?
-Les daré trabajo hasta los ochenta años.
-Dudo que encuentre a muchos ciudadanos nuestros en disposición de trabajar hasta tan elevada edad. La madre de mi doncella murió con bastantes menos años.
-Una pena.
-Dice mi doncella que murió por culpa de sus recortes en Sanidad.
Rajoy me dejó plantada y se fue a arrodillar delante del Papa. Iba con su esposa, la economista que le da ideas para empobrecer al país. ¡Menudo par!
Intenté arrodillarme yo también delante del Papa Francisco. Fue imposible porque me temblaban las rodillas. ¡Pobre de mí!, pensé. ¿Cómo voy a currar hasta los ochenta?.... Espero no acabar antes en esa residencia de mayores de Oleiros donde matan a la gente para que ahorre la Xunta del PP.